domingo, 10 de junio de 2007

Sobreviviendo al amor...

(Hay amores intensos a tal grado que no sólo aprisionan nuestro corazón, sino que ponen en riesgo su funcionamiento. Y habemos algunos temerarios amantes que, y pretendiendo ignorar la fortaleza limitada de nuestro ser, aceptamos tales amores. Tal vez sea porque creemos que el romance que tenemos al frente es el único posible y último a partir de ese momento, craso error que la historia propia, y la de todo el mundo en realidad, se encarga de desmentir).

La señora de todas mis narraciones, la visualizo cómodamente engarzada en su vida de toda la vida, valga la redundancia, dando vueltas en su placentero hogar, los muebles pulcros, las paredes cuadriculadas con los adoquines usuales de allá, la prole y la prole de la prole revoloteando por toda la casa, el marido trabajando duro para ella, para pagar la computadora, la leña para la calefacción, la luz para la computadora y el messenger.... Y yo acá. ¡Qué tontería!, ¿no?

¿Qué pensará, que el tiempo es una dimensión tan desconocida que no nos afecta? ¿O que la década que nos separa en edades es como la deuda con el gran almacén de ropa, que puede amortizarla en cómodas visitas a la tienda para comprar más ropa y seguir con la danza consumista y hedonista? ¿O que la vida es un mero cuento, tan plástico de moldear a su antojo como sus perfectas obras literarias?

En este laberinto de sentimientos es fácil caer rendido, y tal vez eso pretenda la señora de marras. Puede haberle funcionado antes y desde siempre, pero para cazar un ave silvestre hay que tener más que buen ojo y mejor disfráz. Hay que entender que la libertad es lo que hace del ave silvestre un ser viviente, pues, cuando es enjaulada muere al poco tiempo. Hay que saber que el amor verdadero no busca atrapar presas, sobre todo cuando aquellas ya han conocido similares situaciones y han decidido, por ende, sobrevivir al amor...

-Palomo Bravo,
Lima, Perú. 07 de Abril de 2007.

P.D.- Llámame el próximo año, amor, si quien te contesta soy yo significará que no sobreviví. Pero tú no quieres eso, ¿verdad? ... Ella contestará...

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