domingo, 10 de junio de 2007

La agonía de mi espera, o la peor enfermedad, o una declaración simple...

Acurrucado en esta hora resultaría redundante describirte el atardecer que se ve desde mi ventana. Más bien, el hundimiento del disco solar en un mar que no lo baña -aunque eso veamos- se asemeja al naufragio de mi ser en este momento: apenas latiendo con un corazón que me imagino ha mutado del rojo vivo al naranja mortecino, y sumiéndome gradualmente en la oscuridad de la habitación de la computadora. Silencio total en medio de la música, soledad absoluta, la nada en medio del todo... Tú no estás y te he esperado todo el día.

El Jazz de siempre en la emisora Yahoo! de siempre, hoy han puesto una serie de pistas con un aire a algo que se chorrea por el espacio. Me imagino que mi sangre ya no circula sino que también se arrastra por mi interior desgarrado. Mi vaso de vodka intacto, pues, si algo desprecio en este momento sería la anestesia que aliviara mi dolor. Tal vez debería morir a causa de él... de la espera...

Ya sé que vas a decir que estoy loco, que mi lírica se convirtió en "delírica" y ahora en delirante... Juegos de palabras y frases compulsivas de un corazón anudado hasta morir.

Pero sé que me entiendes y no le eches la culpa a mi enfermedad, pues, más bien ella podría relevarme de la agonía de mi espera al separar mi alma de su cárcel material. Volar hasta el infinito donde nos encontraremos en un día del cual tengo ya el recuerdo...

Porque toma nota que la enfermedad más grave es la falta de alma... sí, de Alma..., y de esas hay demasiadas personas en el mundo. Yo no quiero ser una de ellas.

Te amo.

Lima, Perú. 27 Feb 2007.

No hay comentarios.: