lunes, 18 de junio de 2007

Autoeliminación

Dicen que el cáncer se origina cuando las células del organismo olvidan una etapa de su ciclo de vida: autoeliminarse. De este modo, continúan creciendo y formando cuerpos nuevos, neoplasias, es decir, o tumores, entes malignos cuyo funcionamiento atenta contra el cuerpo principal.

En la vida sentimental ocurre algo similar cuando una relación se detiene en alguna de sus etapas y se niega a dar el paso siguiente. El hecho es agravado por el contexto social, cuando algunos saludan la persistencia de "semejante amor", o cuando nos figuramos que se trata de un "amor eterno". Grave error, pues, el amor es como cualquier ser viviente: nace, crece y en algún momento se extingue, sobre todo si no es alimentado propiamente.

La señora de mis narraciones, por ejemplo, un personaje cuya imagen sentimental ha sufrido un terrible opacamiento yendo del tono épico de sus primeros tiempos al susurro propio de cualquier velorio en la actualidad. Y, sin embargo, el caso no es trivial, pues, transmite una enseñanza práctica acerca del sufrimiento que ocasionan los conceptos que atentan contra la propia naturaleza, aunque ello implique la tenacidad por una vida mal entendida que llegaría a mejor conclusión mediante la autoeliminación... sentimental, obviamente, sólo sentimental.

¿No les parece?

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